NUTRICIÓN Y SALUD
La dieta y la nutrición son muy
importantes en la promoción y mantenimiento de la salud a
lo largo de toda la vida. Está bien establecida su función como factores
determinantes de enfermedades no transmisibles crónicas, y eso los convierte en
pilares de la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud.
La nutrición es un determinante importante de enfermedades crónicas que puede ser modificado, y es
bien sabido que el tipo de dieta tiene una gran influencia, tanto positiva como
negativa, en la salud a lo largo de la vida. Y aún más importante es que los
cambios en la alimentación influyen no sólo en el estado de
salud del momento sino que pueden determinar a la larga que un individuo
padezca o no enfermedades como cáncer, enfermedades cardiovasculares,
hipertensión y diabetes mellitus en etapas posteriores de la vida.
Los estudios han demostrado que hay una serie de hábitos alimentarios y actitudes
que suponen un riesgo para la salud y que con su modificación se puede reducir
la aparición de enfermedades crónicas y degenerativas. Entre ellos se
encuentran los siguientes:
Ø Elevado consumo de sal: una dieta alta en sodio aumenta el
riesgo de enfermedades cardiovasculares y circulatorias por medio del aumento
de la hipertensión arterial. Se recomienda reducir la ingesta de sal y de
alimentos salados.
Ø Bajo
consumo de yodo: la ingesta baja en yodo provoca una
serie de alteraciones metabólicas relacionadas con el desarrollo y el
crecimiento durante la infancia. Se debe utilizar sal yodada y aumentar la
ingesta de pescados, especialmente en los niños.
Ø Ingesta
elevada de grasas: si
la grasa de la dieta supera la cantidad recomendada, aumenta el riesgo de
enfermedades cardiovasculares, dislipemias, y obesidad. En concreto, la ingesta
de grasas saturadas (se encuentran en los embutidos, la pastelería industrial,
los fritos y los precocinados) favorece los problemas
cardiovasculares. Se recomienda reducir las grasas saturadas y aumentar las
insaturadas en la dieta. Las grasas insaturadas proceden de los aceites
vegetales (oliva especialmente) y del pescado y previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares mediante la reducción del colesterol
y los triglicéridos en sangre.
Ø Reducida
ingesta de pescado graso: el pescado contiene ácidos grasos
insaturados que previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares
mediante la reducción del colesterol y los triglicéridos en sangre. Por ello es
recomendable aumentar el pescado graso en la dieta (sardinas, salmón,
caballa,...)
Ø Elevado
consumo de azúcar y alimentos azucarados, dulces y golosinas: la
ingesta excesiva de dulces y bebidas azucaradas favorecen la aparición
de obesidad y caries dental, y están contraindicadas en casos de diabetes. No
se debe olvidar la presencia de azúcar oculto en la bollería industrial y en
los refrescos. Se recomienda reducir la cantidad de estos
alimentos.
Ø Escasa
ingesta de fibra. Para alcanzar la cantidad
recomendada de fibra tendría que aumentarse el consumo de legumbres, frutas,
verduras y hortalizas. La ingesta escasa de fibra está relacionada con el
estreñimiento y algunos tipos de cáncer. Para evitarlo, hay que tomar tres o
cuatro piezas de fruta fresca al día, además de verduras y hortalizas.
Ø El
aporte de vitaminas antioxidantes (A, C y E, por
ejemplo) también está reducido.
Esta situación incrementa la posibilidad de sufrir distintos
tipos de cáncer. Para evitarlo, hay que consumir tres o cuatro piezas de fruta
fresca al día, además de verduras y hortalizas.
Ø Comer
entre horas: el "picoteo" es en gran parte
responsable del desequilibrio de la alimentación. Los alimentos consumidos
entre horas suelen tener gran densidad energética y poca riqueza en otros
nutrientes, favorecen el aumento de energía ingerida y con ello la obesidad,
por lo que es deseable organizar las ingestas en cinco comidas principales desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
Ø Saltarse
las comidas y no desayunar: la primera consecuencia es que se
llega a la siguiente comida con más apetito y se come más, lo cual favorece la
aparición de la obesidad. No significa que haya que hacer
ingestas intermedias además del desayuno, comida y cena, sino que hay que
repartir la cantidad de comida para todo el día en más veces. Es deseable
organizar las ingestas en cinco comidas principales desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
o No desayunar disminuye la atención
y el rendimiento en el colegio, el trabajo, en la conducción,.. además de
producir hipoglucemia - Un vaso de
café con leche no es suficiente para evitar esta situación.
□ Consumo
elevado de carne: el exceso en la ingesta de carne,
especialmente si es grasa - embutidos,...-, facilita el aumento de colesterol y
triglicéridos en sangre y por tanto eleva el riesgo de enfermedades
cardiovasculares. Se recomienda la reducción del consumo de carne grasa y la
elección de carne magra.
□ Sedentarismo:
la tendencia actual es disminuir la
actividad física aumentando al mismo tiempo la ingesta energética. Esto provoca
un balance de energía que conduce a la obesidad y favorece la aparición de enfermedades degenerativas y algunos tipos de cáncer. Para
evitarlo es necesario realizar una actividad física regular y equilibrar la
relación entre la ingesta energética y el gasto.
□ Excesiva
ingesta de energía: en general se toma más energía de la que se necesita, lo que causa obesidad y favorece la
aparición de enfermedades degenerativas y algunos tipos de cáncer. Para
prevenir esta situación se debe reducir la ingesta energética y realizar una
actividad física regular.
□ Disminución del consumo de agua en
favor de refrescos o zumos, que generalmente llevan azúcar añadida. Nunca se
debe sustituir el agua por un refresco o por leche. Se recomienda beber cada
día al menos un litro y medio de agua. Es importante vigilar sobre todo a niños y ancianos dado que tienen disminuida la sensación de sed. La menor
ingesta de agua dificulta la eliminación de desechos y favorece con ello la
litiasis renal, así como la deshidratación, especialmente en verano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario